domingo, 25 de abril de 2021

Y LLEGÓ OTRO AÑO BISIESTO, 2020.

Treinta y uno de diciembre del 2019, otro fin de año más.

Todo iba transcurriendo como siempre, compras de última hora, despacio sin prisa. Este fin de año estaba más descansada que otros, había podido disfrutar de vacaciones desde el 18 de diciembre y aunque algunos problemillas habían surgido, todo estaba controlado.

Siempre que se acerca el fin de año, creo que a muchos nos pasa, pienso en todo lo vivido en esos 12 meses. Cosas positivas, negativas, si llegó algún miembro nuevo a la familia, si alguno se marchó y no volverá.

Hoy, al ser año bisiesto el que empezará a las 12 de la noche, siento un poco de miedo, no sé motivo, pero siempre me ha pasado.

Tengo en mi recuerdo muchos años bisiesto que me gustaría poder viajar en el tiempo y cambiar muchas cosas.

Soy fanática de series de ficción y sobre todo de las que se consigue viajar en el tiempo. También me gusta mucho la historia y si esos dos temas se juntan, me fascina.

Os cuento todo esto porque este día de fin de año, sentía en mí interior algo especial, algo iba a ocurrir y no me gustaba nada la sensación que sentía.

Llegó el momento de la cena, las uvas... ya empezó raro el año porque a todos nos dio por contar historias de cosas extrañan que ocurrían en los años bisiesto.

Empezamos preguntándonos por qué en los años bisiestos se celebran las olimpiadas. Tuvimos debate y no llegamos a ninguna conclusión, que si era por el calendario Juliano, la reforma Gregoriana (yo soy de la idea que Augusto tuvo la culpa porque quería un mes con su nombre y además que tuviera 31 días como el de Julio y vino el lío. Daba igual, la cuestión es que las dos cosas tardan 4 años en pasar.

Hay muchas historias de hechos raros que ocurren los años bisiestos, sobre todo fenómenos naturales y grandes pérdidas.

Recordamos que en 1616 (bisiesto) murieron, William Shakespeare y Miguel de Cervantes Saavedra. Que en 1792 se empezó a utilizar la guillotina donde murieron más de quince mil personas. En 1812
Napoleón fue derrotado en Francia, murieron miles de personas por culpa del imperio francés.
Todos fuimos haciendo memoria, buscando datos sobre años bisiestos y en 1912 ocurrió el hundimiento del Titanic y muy importante, donde más debate tuvimos, 1936 comenzó la guerra civil en España.

Pero no queda la cosa en 1936 porque en 1940 se construyó el centro de exterminio de Auschwitz, en Oswiecim a 43 kilómetros de Cracovia, en Polonia, donde murieron más de un millón de personas.

No podíamos olvidar la relación Olimpiada con año bisiesto y en 1972 once atletas israelíes fueron secuestrados y asesinados, ocho de ellos, por el grupo terrorista Septiembre Negro en los Juegos Olímpicos de Múnich.

Y poco a poco fuimos relajándonos, aunque seguimos haciendo memoria y también recordamos que:

30 de enero de 1948 fue asesinado Mahatma Gandhi en Nueva Delhi, India.
4 de abril de 1968, en el balcón del Lorraine Motel de Memphis, Tennessee, murió por un disparo en la garganta el activista por los derechos de los afroamericanos Martin Luther King.
8 de diciembre de 1980, en la puerta del Dakota, el edificio donde vivía en Nueva York, John Lennon fue muerto de cinco balazos.
2004, 2008...años en mi vida que quisiera borrar del todo.

Era hora de ir a la cama, menuda nochecita de fin de años
- ¿Solo cosas malas pasaban los años bisiestos? -
- ¿O es que no nos pusimos a pensar en lo bueno? –

De todos los que estábamos en casa sólo dos habían nacido en año bisiesto y éramos nueve personas, 1960 y 1980.

Seguro que el año 2020 nos traerán muchas cosas buenas, fue lo que nos dijimos antes de “hasta mañana” y todos nos fuimos a la cama.

Desperté muy temprano, día uno de enero del 2020. Todos dormidos, bueno eso es lo que pensé, pero estaba muy equivocada, pronto me daría cuenta.
Al despertar me extrañé, no estaba en mi cama, no estaba mi marido, no era mi dormitorio, ni mi casa...

Cogí ropa que encontré en un armario viejo y destartalado que había al bajar la escalera. Todo era antiguo, no había nadie en la casa. No entendía nada.

Asustada, salí a la calle. - ¿Qué ven mis ojos?

Era un batallón de franceses, todos iban sucios y heridos. No podía entender qué estaba pasando.
- ¿Época de Napoleón? – - ¿Estoy soñando? –
Me refregué bien los ojos y nada, seguía viendo pasar delante de mí más soldados, carros con heridos...

Seguí andando y al girar una esquina:
- ¡Coño! –

Ya no eran soldados de Napoleón lo que veía, eran muchas personas vestidas de la época de Cervantes, todos con libros en las manos y gritando:

- ¿Quién quiere el Quijote? –
- Romeo y Julieta a buen precio, El Rey Lea, Hamlet... - Rinconete y Cortadillo ....muy baratosssss -
- Madre mía, ¿qué está pasando? -

Estaba soñando, seguro era eso. Intenté cerrar fuerte los ojos y al abrirlos ya no estaban allí los franceses ni los escritores.

Mi ropa había cambiado, ahora llevaba una sábana liada a mi cuerpo y mucha gente llorando. Era la India y de lejos oía llantos porque alguien había muerto.

Corrí hacia ellos y caí a un lago, mar, océano, agua era.

Me ahogaba, no podía nadar y de fondo escuchaba una orquesta tocando la canción que, la leyenda cuenta, fue la última interpretada por la Wallace Hartley Band: ‘Nearer, my God, to Thee’ (‘Más cerca, mi Dios, a ti’).

Y me fui al fondo, cuando ya pensaba que me moría alguien tiró de mí y me llevó a una casa en ruinas. Era un tipo bajito con bigote que sólo con mirarlo se me pusieron los pelos de escarpia.
Noooooo.

Salí corriendo de esa casa y me encontré con una valla de alambres. Era horrible lo que vi detrás de ella, hambre, sangre, muerte, todo era triste y trajes a rayas. En ese momento no podía más, seguía soñando, no podía ser otra cosa.

Quería despertar, escuché a John Lennon cantar “Imagine” y ocurrió pero no sin antes ir pasando por más momentos de tristezas, saltando de década en década hasta llegar a un dormitorio que conocía y allí la imagen que vi me quitó toda la tristeza que tenía.

Eran mis niños jugando en una moqueta verde con unos clips.

De pronto, escuché algo que me volvió a la realidad. Era el concierto de año nuevo. Me dio miedo abrir los ojos porque no sabía en qué época me encontraría, lo hice y sonreí. Vi a mi marido con el mando de la tele y acostado a mi lado. Era mi dormitorio, mi cama y un nuevo año.

¿Pero qué año?

Eso lo descubriría al mirar el móvil y ver la fecha: 1 de enero de 2021. El 2020 había terminado, siendo una pesadilla de 12 meses.

Todo volvía a la normalidad, lo comprobé cuando bajé y vi a mi madre, mi hijo....cuando pude hablar con mis familiares, amigos y vecinos. Todos felices pero resacosos del fin de año.

Algo si había cambiado, la Olimpiada se celebraba un año que no era bisiesto.

MAM

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