sábado, 8 de marzo de 2014

Morir y tener que seguir viviendo...

Morir y tener que seguir viviendo. 

El próximo día 12 de marzo hace diez años que morí para seguir viviendo o al menos lo intento todos los días. 

Nunca esperas que algo así, como lo que ocurrió, te pueda pasar pero aunque parezca mentira algo presientes dentro de ti… antes de que te den la noticia. 

Era 10 de marzo del año 2004, por trabajo tuve que viajar a Madrid. Fui en Ave y después de una reunión no muy larga ví que aún tenía tiempo para comer con una amiga muy querida que vive allí, seguro que ella tampoco puede olvidar este día ni los dos próximos, ni los 10 años que han pasado. 

La comida fue muy agradable, charlamos de muchas cosas pero sobre todo de nuestros hijos, yo le conté cosas de mi pequeño que esos meses había cambiado mucho, estaba responsable y ya trabajando. Había tenido suerte o mejor dicho se lo había ganado, terminó sus estudios en septiembre del año anterior y realizó las prácticas de empresa, allí mismo lo contrataron y esas últimas Navidades que pasamos juntos todo le pareció poco para regalarnos, a su padre, a su hermano, a mí… a toda la familia le tuvo un detalle y creo que se quedó sin su primer sueldo en una semana pero el día de Reyes… que contento estaba, que feliz. 

Pues todo esto se lo contaba a mi amiga y ella me contó muchas cosas también de sus hijos, sobre todo de su pequeño, se parecían los dos muchos en su forma de ser y eran de la misma edad. Cuando llegó la hora de marchar mi amiga me acompañó a la Estación de Atocha y allí nos despedimos.

En ese viaje algo raro note en Atocha, había más control de equipaje, más vigilancia, no sé, algo vi que llamaba la atención pero como eran cosas mías no le di importancia pero mi amiga seguro recuerda como en la comida le hice referencia al control tan raro que había tenido en mi viaje de ida. (No era la primera vez que viajaba, en aquella época iba mucho a Madrid por trabajo). 

Llegué a casa de noche y sólo tuve tiempo de charlar un rato con mi marido y mis hijos antes de irme a la cama 

¿Cómo íbamos a pensar siquiera lo que pasaría al día siguiente?. 

Eran las 8 de la mañana, todos habíamos salido de casa para trabajos y mi hijo mayor para sus clases, cuando la radio y televisión empezaron a emitir lo ocurrido en Atocha. Si, un 11 de marzo horrible, donde tantas criaturas murieron por culpa de unos locos que pagados por otros no pensaron el dolor que iban a causar. Ese día lloramos toda España, creo que todo el mundo porque las escenas eran desgarradoras y se te partía el corazón pensando en cuantas familias sufrían en esos momentos. Fue un día triste y en casa todos hablábamos de ello, ese día nos fuimos a la cama tarde queriendo saber noticias, nos tuvieron engañados muchas horas sin decirnos quien eran los culpables del atentado y ya a media tarde se supo. 

¿Cómo íbamos a pensar siquiera lo que pasaría al día siguiente? 

Al día siguiente mi pequeño y yo íbamos al médico, le hacían un control rutinario pero era la primera vez y lo acompañé. Desayunamos los dos juntos en una cafetería cercana a casa y allí nos despedimos, él marchaba a su trabajo y yo al mío, me dio un beso y un abrazo… su último beso… su último abrazo, parece mentira pero aún cierro los ojos y lo siento abrazarme. 

Era muy cariñoso pero esa mañana la despedida fue especial, yo le dije: -Mi “arma” ten cuidado con el coche, aunque llegues tarde al trabajo no corras, tienes la justificación de que has ido al médico- y él me dijo: -Pues tú también ve con cuidado mama, luego nos vemos- Lo ví entrar en el coche, su coche. Lo había comprado dos meses antes, nada más empezó a trabajar y que guapo iba ese día, que mayor lo ví… que hombre. 

Me marché para el trabajo, ese mediodía habíamos quedado en comer en un centro comercial y hacer unas compras mis dos niños y yo. Al día siguiente se casaba la hija de la tata de mis niños, vecina de toda la vida y ellos 3 se habían criado juntos. Se llamaban hermanos desde pequeños y aún siguen tan unidos como entonces. Habíamos quedado en que mi pequeño cuando saliera de trabajar recogía a su hermano y yo desde el trabajo iba directa para el centro comercial y allí los esperaba, mi marido no venía con nosotros. 

Y eso fue lo primero que me hizo pensar que algo iba mal, la llamada de mi marido sobre las 3 de la tarde diciéndome que no fuera para el centro comercial, mejor que me fuera para casa. Yo le pregunté que por qué si había quedado con los niños y él como pudo para que no le notara su pena ni su llanto me dijo, noooo… ven mejor para casa, ahora dicen que no van al centro comercial. –No tardes… me dijo… y colgó- 

Yo supe que algo había pasado, si lo sabía… iba en el coche para casa como si fuera corriendo delante yo y el coche detrás. Mi marido a esa hora debía estar trabajando no era normal que a las 3 de la tarde de un viernes estuviera ya en casa y los niños con él. 

Noooo algo había pasado. 

Al llegar a casa no tuve que seguir pensando en qué había pasado ya supe que lo que fuera era grave porque nada mas aparcar muchas de mis vecinas estaban en el portal del bloque, sobre todo dos de ellas llorando y al verme llegar se dieron cuenta que yo no sabía nada y avisaron a la tata de mis niños para cuando yo entrara que fuera ella la que estuviera mas cerca de mí. Mi marido y mis niños no estaban, yo miré a mis vecinos, a la tata y no tuvieron que decir nada mas. Aún hoy no se como pude abrir la puerta de casa, decirle hola a la perrita y mirar si tenía agua, soltar el bolso y el abrigo… mirar a unas y otras que por supuesto no me dejaron sola, en esos momentos vi llegar a uno de mis cuñados, el mayor y fue cuando grité. 

Grité y grité… en ese momento mi corazón que durante una hora había estado desbocado se quedó destrozado, empecé a decir el nombre de mi pequeño, sabía que a quien le había pasado algo era a él, lo sabía y de mi cabeza no se iba el beso de esa mañana y el abrazo que me dio. No pregunte nada, no dije nada, mi cuñado me dijo vamos y yo fui. Cuando llegamos al lugar del accidente, a 10 minutos de casa, vi desde el coche como mi niño estaba en el suelo ya tapado con una sábana, como mi niño mayor venía hacia mí y a lo lejos a mi marido llorando abrazado a uno de sus hermanos, no bajé del coche, mi niño ya no estaba allí… sólo recuerdo que lloraba y decía: -papa… papa… por favor papa… ayúdame. (mi padre había fallecido hacia 14 años pero lo notaba junto a mí) y me ayudó, mi niño mayor corriendo estuvo junto a mí y aunque en esos momentos yo debía consolarlo no hizo falta porque me demostró que era mucho más fuerte que yo, él fue el primero en llegar al accidente, él vivió los últimos momentos con vida de su hermano, debía estar destrozado pero en cambio estaba allí, consolándome a mí, ayudándome a mí. 

Dicen que la muerte de un hijo es lo más grande que puede pasarle a unos padres pero yo añado que también es lo más grande que puede pasarle a un hermano y más cuando están tan unidos y sólo lo tienes a él, como todos los hermanos discutían, eran muy distintos pero los dos últimos años que vivieron juntos se habían unido mucho y se habían empezado a respetar y comprender. 

Después ya hicieron conmigo lo que quisieron, me llevaron al médico, me pusieron tranquilizantes… volvimos a casa y… ¿qué más puedo contar? Empecé a vivir después de morir porque no puedes hacer otra cosa, tienes que seguir adelante por los demás y también por ti, también por mi niño que seguro no le gusta vernos tristes y os puedo asegurar que desde el primer momento que dije Papa… ayúdame, lo hizo y se que desde ese momento mi niño ya estaba con él y con su ayuda puedo seguir viviendo y hasta fuerzas, aunque sea después de 10 años, de escribir y gritar que estoy viva para seguir luchando y esperando cuando llegue el momento estar de nuevo con mi pequeño.

Articulo: MAM


28 comentarios:

  1. Su dolor es como la mía... Mi hijo, el mayor, se fue para el azul del cielo en 12 de março de 2012.
    Como duele. Com se pierde la vida...y como se la recupera, para vivir de nuevo sin la presencia de aquel niño - que nunca lo dejó de ser - sin sus ojos y sin su sonrisa...
    También vivo . Tambíen espero que llegue el momento de estar de nuevo con mi pequeño...
    Un abrazo fraterno. (Flávia M.C.L.Freitas)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Flávia amiga, tu sabes lo que es pasar por ello y seguro que algún día estaremos juntos. El dolor, el recuerdo no es sólo el día que nos dejo, nos levantamos todos los días con ello pero en estos 10 años no había podido escribir y ya hoy creí que era el momento. Muchos besos.

      Eliminar
  2. Impresionante, una experiencia muy fuerte pero para fuerte Tú. Sigue así

    ResponderEliminar
  3. Sin palabras me has dejado,te admiro como madre y sobre todo como persona.Eres una de las mejores personas que he conocido en mi vida ,luchadora y con un corazon enorme.Gracias por haberte conocido,un abrazo muy grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Etna preciosa mía, tú eres una de las personas que vivió ese día a mi lado y todos estos años me has ayudado con tu amistad y cariño dándome fuerzas para seguir adelante aunque estas a muchos kilometros, sabes que te quiero y después de todos estos años sabes lo que me costaba escribir sobre ello. Muchos besos.

      Eliminar
  4. Me has echo llorar ..eres una persona admirable un beso muy grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siento hacerte llorar pero hoy tenía la necesidad de escribir, muchos besos.

      Eliminar
  5. Me has echo llorar ..eres una persona dmirable
    un beso muy grande

    ResponderEliminar
  6. Ana Maria
    Aunque ya sabía he tenido que parar a media lectura para componerme y prepararme un cigarrillo para seguir leyendo. No puedo comentar nada más

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ana Maria siento haberte dado un mal rato pero hoy tenía necesidad de escribir y hablar de él, muchos besos.

      Eliminar
  7. Inés
    No sabes que empatía siento ahora mismo hacia ti. He llorado con tu historia porque a mi me ocurrió lo mismo. En otras circunstancias pero creo que con el mismo dolor. Sólo puedo decirte que algún día estaremos juntó a ellos. Tu con tu hijo y yo con la mia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Inés seguro que algún día volveremos a encontrarnos y nos abrazaran como tanto deseamos, muchos besos.

      Eliminar
  8. Marilo
    Un beso enorme.....

    ResponderEliminar
  9. Conchita
    ¡Qué historia más triste y conmovedora!La verdad es que me ha llegado al alma.Es admirable la fuerza que tienes,por eso se que tanto tu padre como tu pequeño están velando por ti y tu familia desde el Cielo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Conchita hoy tenía que escribir y hablar de él, estoy segura que ellos no nos abandonan, muchos besos.

      Eliminar
  10. Laura
    Es desgarrador, no hay consuelo pero como tu dices hay que seguir viviendo. Yo por desgracia he tenido que dar noticias así y todavía recuerdo las veces que lo he hecho y cómo he tenido que controlarme para poder ser si quiera un punto de apoyo.....mucho ánimo, estoy segura que tu hijo vela por tí. Un abrazo enorme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Laura por tu comentario deduzco que trabajas en un hospital y debe ser terrible dar esas noticias, gracias por tus ánimos, un beso.

      Eliminar
  11. miarma tu hija.....muchos besos guapa eres un ejemplo a seguir..chiquitita baena

    ResponderEliminar
  12. Marga, me he emocionado con tus palabras, se me han saltado las lágrimas. Animo y sigue viviendo tu niño está contigo porque unoestá allá donde hay alguien que piensa en tí y tú piensas en él. Un besazo enorme.

    ResponderEliminar
  13. Acabo de leerlo mi arma. No, jamás olvidaré estos dias que tu has narrado, como muy bien dices en tu articulo. Ni tampoco la llamada de otra gran amiga nuestra dándome la noticia y mi viaje en el Ave desde Madrid, para estar contigo, junto a ti como no podia ser de otra manera, en estado de sock, gracias a mi marido que casi me sentó en el tren. Mi arma abrazo de osa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te quiero y si, tampoco olvidaré ese momento en el que te vi llegar para estar a mi lado, un beso.

      Eliminar

OFERTAS

Síguenos en Facebook